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jueves, 19 de abril de 2012

La Trampa: Qué sucedió con nuestro sueño de libertad

"La Trampa: Qué sucedió con nuestro sueño de libertad" es otra extraordinaria e imprescindible serie de Adam Curtis de la BBC, autor de "El siglo del individualismo" y "El poder de las pesadillas". Esta vez repasaremos la historia del último siglo hasta la actualidad desde el punto de vista de la lucha por la libertad.

El mundo de hoy es la herencia que nos ha dejado el paranoico período en el que se sumió la humanidad durante la Guerra Fría.
Tras acabar la Segunda Guerra Mundial los EE.UU celebraban la victoria y se esperaba el comienzo de una nueva era de prosperidad y libertad, tanto por el fin del Imperio Nazi como por la salida de la grave depresión de los años 30. Para evitar una nueva situación de crisis económica como aquella y proteger a la sociedad del capitalismo salvaje, ahora se empezaba a expandir la idea de que era el gobierno y no reducidas sociedades oligárquicas quién debía tomar las riendas de la economía y la política. 
Algunos economistas como el aristócrata austriaco Friedrich von Hayek estaban totalmente en contra de esta idea. Von Hayek decía que nos conducirían a la tiranía y al fin de la libertad como pasó en la Unión Soviética. Él creía que se debía establecer un sistema auto-dirigido y automático de mercado-libre donde la gente se moviera únicamente por sus propios intereses y donde el gobierno no cumpliera ninguna función. Pensaba que si todo el mundo fuera egoísta la sociedad progresaría más y sería mucho más libre. En un principio sus ideas fueron totalmente rechazadas, pero al poco tiempo la ciencia les otorgaría más credibilidad.
Para hacer frente a los soviéticos durante la Guerra Fría, los EE.UU desarrollaron un enorme sistema de vigilancia con radares y computadoras con el fin de anticiparse a los movimientos de sus enemigos. Para utilizar correctamente la información recolectada por el sistema de vigilancia se volcaron en la Teoría de Juegos. Esta teoría matemática había sido creada inicialmente para analizar juegos de póquer. Enfocaba el juego como un sistema donde los jugadores estaban encerrados juntos, cada uno pensando lo que el otro pensaba hacer. Servía para determinar de forma racional cuáles eran las mejores jugadas para cada individuo. A partir de esta teoría se intentaron crear modelos matemáticos en el centro militar de inteligencia RAND Corporation para predecir los movimientos de la URSS en respuesta a los suyos. De esta manera, en base a la Teoría de Juegos, tuvo lugar la era nuclear, donde los EE.UU llevarían a cabo constantemente estrategias para convencer a los soviéticos de que si atacaban, siempre tendrían los misiles suficientes para destruirlos por completo. Así se consiguió que los soviéticos no atacaran y se estableció un equilibrio que se denominó "el delicado equilibrio del terror". Por lo tanto, contrariamente a lo que podríamos pensar, es precisamente gracias a la gran escalada armamentística que hubo que no tuvo lugar la guerra nuclear. La Teoría de Juegos, que veía a los humanos como seres puramente egoístas y desconfiados, resultó ser muy útil y finalmente dio la victoria a los EE.UU.
El matemático John Forbes Nash (el de la película "Una mente maravillosa"), que sufría de esquizofrenia paranoide, extendió el concepto del equilibrio obtenido en la Guerra Fría al conjunto de la sociedad. Él pretendía demostrar que era posible conseguir una sociedad estable en base a esta teoría, donde los intereses de todos los individuos, vistos como jugadores de póquer que actúan de forma puramente racional y egoísta, interaccionaran entre sí y llegaran a un equilibrio mutuo. Recibió el Premio Nobel de Economía por sus teorías, que fueron comprobadas en la RAND Corporation. De esta manera, Nash contribuyó a inculcar en la sociedad una concepción simplificada del ser humano.
Estas ideas se expanderían definitivamente con el psiquiatra R.D. Laing. En la década de los 50 R.D. Laing diseñó nuevas técnicas para tratar la esquizofrenia que consistían en hablar con los pacientes. Con estas terapias sus pacientes mejoraron de forma drástica y fueron dados de alta. Pero al cabo de un año todos volvieron a ser ingresados en el hospital. Decidió entonces averiguar qué era lo que había provocado el ingreso de los pacientes tanto la primera vez como la segunda, y descubrió que el problema radicaba en la presión de la vida familiar. Para indagar más, estudió a fondo las relaciones familiares aplicando la Teoría de Juegos. Analizó todos los datos obtenidos con ordenador y obtuvo patrones que le mostraban que lo que normalmente vemos como actos de amabilidad y amor entre las parejas eran en realidad tácticas de control y poder del uno sobre el otro. Concluyó que una familia era como un tablero de estrategia donde cada sujeto jugaba sus cartas, y que el resultado era la estabilidad y la sociabilidad del sistema: "Las llamadas familias normales que estudié a través de este trabajo eran como hombres de las cavernas fuera de una cámara de gas. Las personas obligan a los niños para que se ajusten a la vida envenenándoles hasta un nivel de subsistencia al que llaman vida "
Él pensaba que estos mismos conceptos de dominio y poder existentes a nivel familiar se podían extrapolar a nivel mundial. Se convirtió en uno de los líderes del movimiento contracultural para hacer ver a la gente que no se podía fiar realmente de ninguna de  las instituciones británicas creadas posteriormente a la guerra, que formaban parte de un sistema que quería controlar sus mentes y destruir su libertad.
Sus ideas fueron utilizadas por un grupo de economistas de derechas de la linea de von Hayek para derrumbar las instituciones públicas y establecer su sistema de poder basado en la Teoría de Juegos.
A principios de los 70, en medio de una gran crisis, los servicios burocráticos británicos empezaron a colapsar. Los políticos eran vistos como seres egoístas que no trabajaban para el interés público. Surgió entonces una teoría para derrumbar el mito del concepto de "interés público", la teoría de elección pública. Esta teoría estaba liderada por el economista James Buchanan y mostraba que en medio del aflujo masivo de intereses distintos que hay en una sociedad, no puede existir tal "interés público". Denominó a los que decían actuar en pro del bien común "Zealots" (fanáticos). Se explicó así el comportamiento egoísta de los políticos y burócratas que actuaban por su propio interés llevando al país al colapso. 
Mientras tanto Laing continuaba su asalto contra lo que él consideraba las élites corrputas, atacando esta vez a la autoridad psiquiátrica y el control que ésta ejercía. Se convirtió en uno de los líderes del movimiento anti-psiquiatría en Norteamérica. La psiquiatría según él, es una pseudociencia utilizada como herramienta política de control.
Una de las personas que asistieron a las conferencias que Laing ofrecía, el psicólogo David Rosenhan, quiso comprobar si Laing decía la verdad. Para verificar si los psiquiatras eran realmente capaces de distinguir entre locura y cordura se presentó junto a otras 7 personas sin antecedentes psiquiátricos a diferentes hospitales mentales haciéndose pasar por falsos enfermos. Tenían que decir que oían en su cabeza las palabras "vacío", "agujero" y ruidos sordos, pero por lo demás, debían comportarse de forma totalmente normal. El resultado fue espeluznante: todos ellos fueron diagnosticados como enfermos; 7 esquizofrénicos y 1 trastorno bipolar. A pesar de que los ocho confesaron que en realidad eran falsos pacientes, se tuvieron que pasar meses encerrados sin poder salir, teniendo que aceptar que estaban enfermos y siguiendo los tratamientos con drogas que les obligaron a seguir para poder darse de alta. Cuando este experimento salió a la luz publicado en la revista Science (ver el artículo aquí) se armó una gran polémica. Uno de los hospitales más prestigiosos retó a Rosenhan a que le sometiera a la misma prueba y que le fuese enviando falsos enfermos, que sus expertos ya los detectarían. Un mes después el hospital dijo que había detectado a 41. Rosenhan, en cambio, no había enviado a ninguno. La psiquiatría en Norteamérica se hundió. Se acabó con la visión de los psiquiatras como élite privilegiada con conocimientos especiales.
La éltie psiquiátrica, para hacer frente a esto, empezó a buscar nuevas formas de diganosticar a los pacientes de forma objetiva y más segura. Para ello se volcaron en el análisis matemático: en los números. Crearon categorías mensurables basadas en la observación del comportamiento visible de los sujetos. Se dieron nuevos nombres como "déficit de atención", "desorden de obsesión compulsiva"... Idearon un sistema en el que una computadora, basándose en todos los datos obtenidos de la observación, pudiera ofrecer el diagnóstico. Diseñaron cuestionarios para preguntar a los sujetos por las características del comportamiento que ellos creían que presentaban, respondiendo únicamente Sí o No. El ordenador daría el diagnóstico buscando patrones, decidiendo quién era normal y quién no. A finales de los 70, para probar el sistema, se enviaron entrevistadores con cuestionarios por todo los EE.UU. El resultado final del estudio fue dramático: más del 50% de la población tenía algún tipo de desorden mental. La conclusión a la que llegaron fue que había una epidemia oculta. Ahora, millones de personas, sin saberlo, sufrían todo tipo de desórdenes mentales.
Como consecuencia muchas personas empezaron a realizarse estos test ellos mismos para auto-diagnosticarse, ya que no hacía falta personal cualificado. Se empezó a definir así qué es un comportamiento y un sentimiento normal y qué no lo es. Se estaba creando un patrón, un ideal de persona normal a seguir para no ser considerado un enfermo mental.
"Los desórdenes y los formularios pasaron a ser una guía poderosa y objetiva para los sentimientos correctos y propios en la era del individualismo y la emoción". Se trataba por lo tanto de una herramienta política de control surgida en respuesta al ataque que se produjo contra la élite psiquiátrica en nombre de la libertad. Con esta herramienta las mismas personas regularían su propio comportamiento en base a unas categorías dictaminadas de forma "científica" por el poder de los números.

En 1975 Margaret Thatcher fue elegida líder del Partido Conservador que, muy influenciado por las ideas de Buchanan, utilizó la teoría de la elección pública como base ideológica de su campaña. En 1979, cuando Thatcher pasó a ocupar el cargo de primera ministra del Reino Unido, al igual que en los EE.UU, se empezaron a utilizar modelos matemáticos para gestionar todos los ámbitos públicos. Se eliminaron las autoridaridades jerárquicas y se instauró un sistema de objetivos e incentivos para mejorar el rendimiento de los funcionarios, ya que se suponía que debían actuar de forma puramente egoísta y racional. La nueva técnica de gestión se llamaba "Análisis de sistemas" y había sido creada por Alain Enthoven, un ex-miembro de la RAND Corporation. Se basaba en métodos objetivos y racionales, no morales, emotivos o sentimentales.  A este sistema se le denominó "Mercado Interno" ya que no era nada más que una simulación matemática del Mercado-libre que supuestamente debía ofrecer mucha más libertad a los empleados públicos, aunque los resultados luego hayan sido desastrosos. Se simplificó por lo tanto a los individuos: "Hay esta visión de estos individuos humanos aislados, de que son tan solo procesadores de información sin emociones. Las personas no obtienen sus objetivos participando en política, desde sentimientos emocionales de algo más grande. Nada de ésto se permite en este particular teorema". Más tarde esta limitada idea de libertad sería expandida a los políticos, acabando definitivamente con la democracia y dando lugar a la "corrupción, la austeridad y un aumento dramático de la desigualdad".
Todo esto es explicado en el siguiente documental, "Jode a tu compañero", que es el primero de los tres que constituyen esta explosiva e increíble serie de Adam Curtis:

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